Honduras requiere acciones enfocadas en la preparación y respuesta a emergencias como la de Eta y Iota, pero también para cualquier otro tipo de emergencia que requiera de asistencia de emergencia y reconstrucción. El 2 de octubre de 2021 ocurrió un incendio de grandes proporciones en el Cayo Bonacca de la isla de Guanaja en Islas de la Bahía el cual provocó personas heridas y daños en el 40% del casco urbano de la Isla. Durante el 2022 los esfuerzos de recuperación y construcción de resiliencia, que iniciaron posterior al incendio, continuaron en la zona. Entre ellos destacan espacios de formación a jóvenes voluntarios y voluntarias en temas de gestión de riesgos, respuesta a emergencia y resiliencia, recibiendo el título de Guardianes de la Resiliencia. Además, se acompañó en la formulación de un plan municipal de recuperación con enfoque de género y grupos vulnerables y se apoyó a 42 hogares, el 18% de los afectados, a recuperar sus medios de vida.
Los impactos de los fenómenos climáticos también afectaron al sector productivo del país, lo que en consecuencia afecta la seguridad alimentaria de las personas, primero en las comunidades directamente impactadas, pero con efectos a nivel nacional. Para contribuir a aliviar esta situación de las diversas familias afectadas, Naciones Unidas brindó asistencia alimentaria a al menos 2,500 hogares a través de transferencias de efectivo y canastas de alimento. Además, se fortalecieron capacidades y se entregó equipo a productores de pequeña escala con el fin de crear y rehabilitar medios de vida productivos y económicos. Esto incluyó brindar acceso a productores a sistemas de riego y reciclaje de aguas grises, así como brindar acceso a tecnologías postcosecha mediante silos metálicos para almacenamiento a más de 880 productores.
Parte de las acciones que permitirán a Honduras prepararse para aprovechar las oportunidades estructurales emergentes requieren que el país y sus instituciones estén capacitadas en gestión de riesgos y adaptación al cambio climático, así como preparadas para responder a emergencias. En este sentido, Naciones Unidas trabaja liderando la Red Humanitaria de Honduras junto a la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (COPECO), la cual está compuesta por más de 50 organizaciones y trabajan en 8 clústers1 temáticos.
Durante el 2022, se fortaleció esta estructura a través del Taller de Preparación para la Temporada Ciclónica, así como otros procesos de formación como talleres de Coordinación y Gestión de Albergues en el contexto de esta temporada, pero también ante flujos masivos de migrantes en tránsito que caracterizaron el 2022. Además, gracias al trabajo de fortalecimiento de capacidades a nivel local, los Comités de Emergencia Municipales (CODEM) y los Comités de Emergencia Locales (CODEL) cuentan con herramientas para la formulación de implementación de planes de respuesta a emergencias considerando sus recursos disponibles.
Sin embargo, no sólo se trata de responder a las emergencias, sino también al fortalecimiento de la adaptación y mitigación del cambio climático. En este sentido, algunas de las acciones destacadas incluyen un mejor manejo de recursos naturales, gestión de desechos químicos y residuos sólidos, gestión integrada de cuencas hidrográficas, así como la reforestación y restauración de áreas forestales.
Concretamente, 2,073.3 hectáreas de bosque han sido reforestadas o identificadas para reforestar, mientras que la Cuenca del Río Motagua ha sido fortalecida en lo que refiere a su gestión integrada, beneficiando así a 24,708 personas por medio de sistemas ecosistémicos, gestión de recursos naturales, y un mejor manejo de desechos químicos y residuos sólidos.